Monday, October 15, 2007

Duelo y Depresión en el Adulto.


Duelo es el dolor de perder lo que no se quiere perder , lo que se considera un bien, lo que implica un vínculo afectivo, lo que forma parte integral de nuestra vida lo que implica sucesos evolutivos que se presentan en alguna etapa de nuestra existencia como pueden ser: La perdida de un empleo, divorcio, ruptura de una relación íntima, Jubilación, Nido Vacío (es decir cuando los hijos se van), disminución de los ingresos económicos, declive de la salud física y muertes cercanas.
Los familiares y amigos pueden ayudar dedicando tiempo a la persona que está en duelo. No se necesitan demasiadas palabras de consuelo sino más bien la voluntad de estar con ellos durante el período de tiempo de su dolor y pena.
Un brazo amable sobre los hombros expresará atención y apoyo cuando las palabras no son suficientes. Es importante que, si lo desean, las personas en duelo puedan llorar ante alguien con quien puedan hablar sobre sus sentimientos de dolor y pena sin que se les diga que se sobrepongan.
Con el tiempo, ellos podrán superarlo, pero primero necesitan hablar y llorar. A algunas personas les puede resultar difícil el comprender porqué el que está en duelo persiste en hablar sobre lo mismo una y otra vez, pero esto forma parte del proceso normal de resolución del duelo y debe ser estimulado.
El duelo es la aflicción que siente la gente cuando sufre la pérdida de un ser querido. Existen muchos tipos de pérdidas y no todas se relacionan con la muerte como ya se dijo anteriormente.
Para algunos será suficiente el encontrarse y hablar con personas que han pasado por la misma experiencia que ellos. Otros precisarán acudir a un consejero o psicoterapeuta, bien en grupo o de forma individual, durante cierto tiempo.
No existe un tiempo fijo para vivir el duelo. Cada cual necesitará su tiempo. Y sólo nosotros podemos marcar el tiempo que necesita nuestro ser para poder considerarse recuperado.
Son cinco las etapas descritas por la pionera de la Tanatología, la Dra. Elisabeth Kübler-Ross
que pueden aplicarse al duelo.
1) Negación y aislamiento.- La negación nos permite amortiguar el dolor ante una mala noticia.
2) Ira.- La negación es sustituida por la rabia, la envidia y el resentimiento; surgen todos los por qué.
3) Pacto.- Ante la dificultad de afrontar la difícil realidad, surge la fase de intentar llegar a un acuerdo para intentar superar la traumática vivencia.
4) Depresión.- Cuando no se puede seguir negando, aparecen otros síntomas y se verá invadida por la tristeza.
5) Aceptación.- Comienza a sentirse una cierta paz, se puede estar bien solo o acompañado, no se tiene tanta necesidad de hablar del propio dolor... la vida se va imponiendo.

Afortunadamente todas las heridas sanan, nuestro cuerpo tiene una tendencia natural a sanar, solamente dejar que el tiempo y Dios N.S. se encarguen de ello.
Dra.Alma Villarreal Navarrete.


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